24 ene 2014

MERCI TeVe




El mundo de las series ha cambiado mucho en los últimos años, si bien antes era un género por llamarlo así de segunda han ido adquiriendo con el paso del tiempo mucha más importancia y la valoración de sus actores ha subido como la espuma hasta tal punto que muchos de ellos son requeridos cada vez más para protagonizar largometrajes al lado de consagrados actores y actrices de fama mundial.
Si las películas son más producto de la visión del director sobre el tema del que traten, las series son absolutamente responsabilidad de los guionistas, del éxito de su trabajo y sus ideas depende la continuidad en el tiempo, no es fácil atrapar a millones de espectadores en el mundo entero durante cuarenta minutos semanales a lo largo de los años.
Hay mucha variedad en la temática que tocan y aunque tengo cierta predilección por algún tema en particular para seguir una de ellas con máximo interés tiene que atraparme trate de lo que trate, tiene que hacer que desee realmente que llegue el día de su emisión para ver como se va desarrollando la trama y esperar con avidez que llegue la siguiente entrega.
Si me diesen a elegir tres nombres de series que me llevaría a cualquier parte me decantaría por las de culto, lógico, para mí son: Sexo en Nueva York, House y Lost (Perdidos). En esta ocasión me gustaría comentar la serie que me hizo descubrir el amplio mundo que hay tras ellas, sobre todo en la red, e hizo que me introdujera desde entonces en este fantástico y entretenido mundo, la serie en cuestión es Sex in the City (Sexo en N.Y).
Consta de seis temporadas emitidas la primera en 1998 y la última en 2004, basada en un libro del mismo nombre escrito por Candace Bushnell, trata de la vida cotidiana de cuatro amigas, profesionales independientes, en la ciudad de Nueva York tocando absolutamente todos los aspectos y situaciones dadas en la vida de una mujer, desde problemas laborales, pasando por moda, sexo, amor, enfermedad, familia pero sobre todo amistad, el auténtico sustento de estas cuatro mujeres es la sinceridad y el cariño verdadero que hay entre ellas que las hace sobreponerse y también disfrutar de los avatares que la vida diaria va poniendo en su camino interactuando claramente con la ciudad, sitio en el que se desarrollan completamente y donde son absolutamente felices.
Si al principio de su emisión en USA se la desacreditó un poco por su temática pronto tuvieron que rendirse al boom que se produjo en el mundo entero hasta el punto que los más grandes diseñadores hacían méritos para que sus creaciones fuesen utilizadas en algunos capítulos destacando por encima de todos al diseñador de zapatos Manolo Blahnik, al que la protagonista, Carrie Bradshaw, da a conocer al gran público.

Se podrían comentar tantas cosas de esta serie que necesitaría muchos días y páginas para entrar a fondo en ella, sólo un breve apunte final, desenmascara muchos mitos sexuales y de relaciones personales que siempre han sido achacados a las mujeres y ha habido un antes y un después tras su emisión en la forma en que sobretodo el género masculino imaginaba que pensábamos.


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