22 ene 2014

SIN EXISTENCIAS…


Despertó tras un largo sueño y lo primero que se le vino a la cabeza fueron “las ganas”….las ganas que tenía de no tener ganas de nada.
Miró el calendario que tenía enfrente de la cama, ¡Era carnaval! ¿Qué disfraz se pondría?....El que más le había gustado siempre era el de (   ) pero se lo había puesto tantas veces que ya de puro fino era transparente.
Ya lo pensaría, ahora le apetecía taaanto algo, aunque no sabía el que. Abrió la nevera y se quedó perpleja, estaba repleta de fiambres embasados al vacío y caducados, claro, la cerró horrorizada y cuando estaba a punto de llamar al forense, se llevó las manos a la cabeza y al hacerlo… una sonrisa se dibujó  en su cara… Al menos, tenía los rulos enrollados.
Decidió tomárselo con calma, así que se fue al salón, se sentó en el sofá y colocó  los pies sobre la mesa, se sentía como una reina, hasta que… ¿Tenía perrooo?….¡Era verdeee! Miró hacia el suelo, el paquete de galletas  estaba destrozado, vacío, se suponía que las del Príncipe eran buenas ¡El chocolate, seguro! Cuando más nerviosa se encontraba y apunto de llamar al veterinario, tropieza con la jaula del loro de escayola, cae al suelo ¡Dos dientes fuera! Ahora no sabía si llamar al dentista y entre tanto desconcierto… una sonrisa  se dibujó en su cara… Al menos llevaba puestas las gafas de buzo.
Al rato, ya más tranquila, pensó que sería mejor darse una ducha., se desnudó, entró en ella y le dio al agua, no salía, le daba una y otra vez y nada, se estaba quedando helada, se le vino a la cabeza incluso el visón que había quemado hacía años, nunca le gustaron las pieles muertas, siempre prefirió los pieles rojas, por muy bien que le sentaran los vaqueros. De repente  sintió caer una gota sobre su ombligo, observó cómo se deslizaba lentamente, aquella sutil gotera la hizo sentir por unos instantes Marylin , hasta que se dio cuenta que se tendría que asear con media botellita de agua que le quedaba de la noches anterior. Se encontraba al borde de la hipotermia y apunto de llamar a gritos al fontanero, cuando… Una sonrisa se dibujó en su cara… Al menos tenía tres chándales del mercadillo.

Que podía hacer, se había puesto ropita limpia, iría al bar de abajo, ponían unos talentos rebozados que eran un manjar de dioses. El ascensor abrió sus puertas como si la estuviese esperando, entró en él y le dio al botón, comenzó a bajar y se paró en el quinto, entró un hombre que la saludó sonriente, ella le respondió al saludo con un gesto extraño, no podía apartar los ojos de su bragueta, la llevaba abierta,  pero ¿Cómo se lo decía sin incomodarlo?....Y en estás estaba, cuando el santo varón le dio al botón del ascensor y ….zaaassss….la puerta le atrapó un testículo, cinco pisos, si, cinco, con su rima y con el testículo fuera ¡Manda huevos!  Estaba a punto de desmayarse y al ir a buscar el móvil para llamar al técnico de mantenimiento o un cirujano… una sonrisa se dibujó en su cara… Al menos llevaba en el bolso pastillas Geroma.

Volvió al piso por donde había venido y sin talentos, estaban agotados, Sentía que le faltaban las fuerzas y  se asomó a la ventana por si veía a la chica de ayer, ni rastro de ella, como el eslabón perdido, entonces recordó que era carnaval y….
-¡Este Darwin que equivocado estaba!.
Entró a toda prisa a su habitación,buscó algo dentro del armario, volvió al salón, cogió las llaves de encima de la mesa, abrió la puerta del piso y salió por ella disfrazada de mono, eso sí,...con una sonrisa dibujada en su cara.

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