14 abr 2015

Azules

Mi amo, mi señor
hoy, como siempre, pienso en ti.
Pienso en ti con nostalgia, 
mi piel recuerda el roce de tus manos y se estremece.
Desapareciste, ni un adios, pero hoy, un buen amigo me ha indicado tu dirección y por ello te escribo esta carta.
Deseo conozcas los sentimientos que tuve hacia ti, que con mi pobre léxico, quizas no te supe hacer llegar.
Despues de ti he conocido otros hombres, pero ........ ninguno me ha hecho vibrar, como tu. 
Esas manos............
Dios mio, como me acariciaban el cuerpo y me doblegaban y arrancaban de mi sonidos inimaginables.
Ya eres mayor, 89 años y sufres de diabetes, cuidate, deseo saber de ti, aun en la lejania.
Yo también estoy mayor, ajada, con estrias, pero podria seguir vibrando, contigo.
Esas noches.
Pasión, locura, entrega.
Me dejabas en el hotel esperándote, no querias me viesen y se encaprichasen de mi, por ello creo que cuando te fuiste en aquella ambulancia y yo quedé en el banco del anden, no fue premeditado, estoy segura, un desgraciado desmayo y nadie reparó en mi.
Y desapareci de tu vida.
Supongo me buscaste, estoy segura, nuestros sentimientos de entrega eran mutuos.
Llegabas al hotel, yo recostada en la cama. Te abalanzabas sobre mi, me levantabas en vuelo, me sentabas en tu regazo y........
Tu mano derecha acariciaba mi anchas caderas, mientras que con la izquierda, presionabas mi pecho, a veces suavemente, otras de forma frenetica.
Inclinabas tu cabeza, sentia tu aliento y me desgarraba, chillaba, gemia, me retorcia, luego, suave, ritmo con lenta cadencia.
Otra vez presión urgente de tus manos, y yo, volvia a chillar ya casi ronca, gritaba, nos volviamos locos.

Nunca volvio a ser igual, no hay manos como las tuyas.
Eras el rey, eras BB King.
Mi rey
un beso en tus ya cansadas manos de 
Tu guitarra
 

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