Me ha llamado Mayflower para decirme que tenía un faro hecho, siempre que escribe algo me llama, le gusta leérmelo, es una mamoncilla, me conoce muy bien sabe cuando algo me llega o no, no le puedo dar troncho por lironcho El caso es que estamos siempre “aló”, si no es por una cosa es por otra, nos manejamos, influenciamos y manipulamos sin piedad, con premeditación y alevosía, es algo que nos pone, nos pone mucho….”Nasías pa dementes”. Comprendo que no se comprenda, juzguen ustedes mismos, no nos tiren piedras, ya si eso nos pegamos unos cuantos de latigazos nosotras mismas….¡No problem!
-Uno!....ayyyyyyyyyyy…
-Dos!...ayyyyyyy…
-Veinte!…ayyy…
-Cuarenta y seis!…ay
-Sesenta y nueve!…oioioioioio…
-Ciento veinte!…..uy...
-ciento treinta y uno!…uuummmm…
-Ejem….
Espero que hayan quedado satisfechos, sino Mayflower y yo cogemos el martillo y ponemos a su entera disposición los graciosillos dedos de nuestros respectivos pies.
Me estoy dispersando, la cuestión es que me ha leído su faro y me ha dicho: “Hay que joderse, Lennon compone una de las más bellas canciones jamás escritas y lo asesinan a las puertas del edificio Dakota”.
Al decirme esto se me ha venido a la cabeza uno de los autores conocidos de la literatura universal y he empezado a comentarle:
-Mari, ¿ Sabes qué libro estaba leyendo el asesino de Lennon en ese momento?
.-¡Ni puta idea!
-El guardián entre el centeno.
-No lo sabía.
-Hay quien dice que esta obra no merece estar entre las joyas de la literatura universal, que simplemente se hizo mundialmente conocida por ser el libro que estaba leyendo Mark Chapman en ese momento, yo les diría que no dejen de leerlo, este tipo estaba colgado, no creo que nadie se vaya a convertir en asesino por hacerlo.
-Ah, yo también.
-Después de disparar cinco veces a Lennon, sacó el libro e intentó leerlo mientras esperaba a que llegase la policía, en él escribió… “Esta es mi declaración” y firmó como….”El guardián entre el centeno”
-¡Que flipe!
-Si, y estoy segura que a Salinger de haberle gustado el mar, le hubiese gustado vivir en un faro, como a ti. Era un tipo extraño, peculiar, solitario, seguro que habría estado encantado de ser tu vecino, haciendo uso de las luces del faro os podíais haber intercambiado mensajes en clave sobre cine, era un adicto a las pelis clásicas y a la pequeña pantalla. Por supuesto yo en el faro de enfrente de vecina cotilla con los prismáticos, para no perder ripio.
-Si, por si se escapaba algún zombie.
-Claro, to pa mi, no soy experta en nada, salvo en una cosa, los zombies, ya sabes, un imán….no sé como me las apaño, en vez de enanos, me crecen zombies, a mi no me quieren comer los tigres, a mi me quieren comer los zombies mis carnes morenas.
-Eso es real...
-Si, y lo de Salinger era el realismo sucio como Bukowski…lo mío es el realismo crudo, muy crudo, vuelta y vuelta me trago todos los días doble ración.
-jajaja…¡Bruta!
-Hemos hablado de todo menos de literatura, pero….¿De donde salen las historias, sino es de la realidad?...Sociedad, suciedad, crudeza, inadaptados...protagonistas a diario de mil historias y cada uno con nuestra particular visión de las cosas, como Holden Caulfield.
-Puedes contar esto en el blog, me gusta.
-No tengo tiempo y estoy con lo de Courbet.
-Está muerto.
-Va sobre el cuadro.
-El coño también está muerto.
-¡Ya estamos!…”Tos muertos”.
-Chi…Quiero que lo hagas y mi gato dice que también.
-Lo intentaré, pero a mi aire.
-Al final siempre eres muy tú, no sabrías hacerlo de otra manera.
-¡Que sabrás tú lo que yo se hacer!
-Cocinas muy bien…
-¡La hostia!...¡MA MATAO!
Los unicornios azules, no existen….Triste, pero real, aunque siempre nos quedará la imaginación.
Imagine…
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