23 feb 2014

GENARA, "CUARENTA GRADOS A LA SOMBRA DE UN ALCORNOQUE"... FINA ESTAMPA Y UN LUCERO



Genara, Jaca Paca donde las haya, refresca en el río entrepierna y escote, la gastada tela de su enagua deja al descubierto la lozanía de sus carnes apretás.
Hora de la siesta, cuarenta grados a la sombra de un alcornoque, se queda frita.

De repente:
-¡Venancio has vuelto! Que cambiado vienes.
La primera en la frente, to pegajosa del lametón, las mejillas de Genara descolorías en los últimos tiempos, van cogiendo color.

-¡Coño, que me atraganto!...Ay Venancio que me dislocas el pescuezo y gallina retorcía no pica.
Genara no sabe ni por donde le vienen, pero vienen, vienen….y vienen bien, to hay que decirlo.

-Ay Venancio de mis entretelas, pero….¿Qué te han hecho a ti?
Genara se salta los botones de la blusa en un arrebato y saca al mundo dos pechos como dos soperas, menudos pezones se pueden colgar dos zamarras en cada uno.

-Ay Venancio, y yo que pensaba que me iba a tener que tirar toa la vida restregándolos por los azulejos el cuarto baño.
Genara ya no puede más, quiere que su gozo acabe en su pozo, le tiemblan hasta las muelas.

-Venancio…Pero, perooo….¿A dónde vaaas?...yo toa la vida mandándote a llevar la burra al agua a ver si aprendías donde estaba el pilón y ahora mira…¡Que beba la burra, que beba el buey y los peces en el río! Me voyyy…¡Me fui!

Cuando puede, Genara adormecida abre los ojos, no da crédito a lo que ve…

-GUAU…GUAU…

-¡Joputa Venancio!….ni pá perro servías.


@Olvatica

FINA ESTAMPA Y UN LUCERO

Al alimón de este Escrito?
facilísimo
nunca tuvo poetisa
encargo tan de risa
Si ya lo dice todo el escrito
mismamente él solito.
ahí va
Fino
Si
Bucólico Pastoril, aunque no concreta si la Genara es pastora.
Lenguaje de alto nivel literario, insinúa leve y sutílmente, a destacar lo de los pezones y las soperas, con mención especial a lo de Venancio Joputa.
Reminiscencias del famoso "Moza tan fermosa non vi en la frontera".
Tres personajes
-Genara
-Perro
-Venancio (ausente)
De aquí sale la trama, día de mucho calor, una damisela, que responde por Genara, refresca su cuerpo que tiene la lozanía de la juventud y mas tarde reposa en este caso bajo un almendro (podría haberse llamado Eloisa) en flor para paliar la canícula estival.
Siente sensaciones eróticas, y piensa que su pareja, el famoso Venancio, la esta cortejando y acariciando, primero en la sien, después su grácil cuello. 
Su pechitos adolescentes con pezoncillos incipientes, sienten un cosquilleo y se deja llevar por la voluptuosidad.
Siente lo que cree la lengua de su amado deslizándose hacia sus muslos, pero se detiene unos centímetros antes, insiste y Genara alcanza un clímax  tan frenético como nunca experimento.
Abre los ojos, jadeando, temblándose entera y a quien ve?
quien ha sido el artífice de su placer?
Venancio, no, desde luego, al que califica  de modo irrepetible.
No queda muy claro en el relato bucólico amatorio quien es, es alguien que dice guau guau.
Guau? guau? quizá un príncipe de un país extranjero y que habla otro idioma?
Aquí queda a la libre imaginación del avezado lector.
Lo que si queda claro que la hombría y habilidad del ausenté Venancio queda en cierto entredicho.
Sin más.
y como resumen
Cantiga amatoria, enmarcada en plena naturaleza y con personajes que no podríamos calificar de la nobleza palaciega.
Pero, por contra, es una exaltación de los placeres físicos, químicos y cuánticos.
Mención especial a la actuación del misterioso desconocido, su alteza D. guauguau.
 
@mila2952

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