Testimonio real.
Carta de una novia el día de su boda al padre que la abandonó de niña:
Hola, progenitor, porque otra cosa no me sale:
No me permitiste disfrutar de tu compañía,
no se la circunstancia que provocó tu huida,
o quizás si, la política tal vez ?
no recibí una explicación,
no volví a verte,
no sentí tus labios en mis mofletes,
no me tendías la mano al caer,
no contabas conmigo,
no te conté mis sueños,
no secabas mis lágrimas,
no escuchabas mi risa,
no curabas mis heridas,
no me abrías la puerta,
no aclarabas mis dudas,
no aplacabas mis miedos.
No me quisiste nunca,
no me engañaste porque no estabas,
no sabías la falta que me hacías.
Tus circunstancias me han condicionado la vida,
me tenían que haber hecho ser desconfiada,
rencorosa e insensible, pero no, y por eso te digo:
gracias por engendrarme,
tu abandono me ha hecho madurar,
soy sensible y solidaria,
quiero aprender todo lo que ignoro,
para ser fuerte ante las pérdidas,
valoro cada gesto de amor como pocos pueden hacerlo,
interpreto los silencios de los míos,
adoro a mi familia que ya no es la tuya,
porque tu no quisiste,
quizás un día te odié,hoy eres un recuerdo más,
un día tendré mis hijos y les hablaré de ti,
no lo haré con rencor, pero tampoco con cariño,
les diré que me cambiaste por no se qué,
por tu libertad tal vez,
esa libertad que esclavizó a mi madre,
les enseñaré que ser libre no es ser irresponsable,
que la sangre no tira, lo que tira es el comportamiento,
que ser feliz es muy fácil, pero conlleva sacrificio,
que te perdiste mi sonrisa y yo quiero disfrutar la de ellos,
que adquirir compromisos es un desafío que hay que cumplir,
yo voy a hacerlo, llegó mi momento,
me creo preparada para afrontar los retos familiares,
y como tantas veces tu no estarás.
Me da pena lo que te has perdido.........
Verano 1989
No me permitiste disfrutar de tu compañía,
no se la circunstancia que provocó tu huida,
o quizás si, la política tal vez ?
no recibí una explicación,
no volví a verte,
no sentí tus labios en mis mofletes,
no me tendías la mano al caer,
no contabas conmigo,
no te conté mis sueños,
no secabas mis lágrimas,
no escuchabas mi risa,
no curabas mis heridas,
no me abrías la puerta,
no aclarabas mis dudas,
no aplacabas mis miedos.
No me quisiste nunca,
no me engañaste porque no estabas,
no sabías la falta que me hacías.
Tus circunstancias me han condicionado la vida,
me tenían que haber hecho ser desconfiada,
rencorosa e insensible, pero no, y por eso te digo:
gracias por engendrarme,
tu abandono me ha hecho madurar,
soy sensible y solidaria,
quiero aprender todo lo que ignoro,
para ser fuerte ante las pérdidas,
valoro cada gesto de amor como pocos pueden hacerlo,
interpreto los silencios de los míos,
adoro a mi familia que ya no es la tuya,
porque tu no quisiste,
quizás un día te odié,hoy eres un recuerdo más,
un día tendré mis hijos y les hablaré de ti,
no lo haré con rencor, pero tampoco con cariño,
les diré que me cambiaste por no se qué,
por tu libertad tal vez,
esa libertad que esclavizó a mi madre,
les enseñaré que ser libre no es ser irresponsable,
que la sangre no tira, lo que tira es el comportamiento,
que ser feliz es muy fácil, pero conlleva sacrificio,
que te perdiste mi sonrisa y yo quiero disfrutar la de ellos,
que adquirir compromisos es un desafío que hay que cumplir,
yo voy a hacerlo, llegó mi momento,
me creo preparada para afrontar los retos familiares,
y como tantas veces tu no estarás.
Me da pena lo que te has perdido.........
Verano 1989
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